Por lo general se relaciona a la toxina botulínica con tratamientos estéticos como reducir los signos de la edad y darle una apariencia más joven al rostro. Sin embargo, esta neurotoxina también sirve para tratar condiciones como el bruxismo. Aquí te contamos.
¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es una afección común que se caracteriza por rechinar los dientes y/o apretar la mandíbula de manera constante e involuntaria. El bruxismo puede ocurrir tanto durante el día como durante la noche mientras duermes.
Esta tensión a lo largo de la mandíbula puede causar una variedad de síntomas que incluyen dolor en la mandíbula, chasquidos o tensión de los músculos de la mandíbula que limita cuánto puedes abrirla (a veces conocido como trismo), dolores de cabeza por tensión y migrañas, dolores de oído, sensibilidad en los dientes o las encías, y daño al esmalte dental.
Además, la tensión constante de los músculos maseteros, que son los músculos que conectan la mejilla y la mandíbula y son responsables de masticar, puede hacer que la línea de la mandíbula adquiera una forma cuadrada severa a medida que los músculos a lo largo de la línea de la mandíbula crecen.
Si bien muchas personas sufren de apretamiento crónico de la mandíbula y rechinar de dientes, el riesgo de daño potencial a los dientes y el dolor que puede causar el bruxismo son dos razones muy convincentes para buscar opciones de tratamiento.
¿Cómo ayuda la toxina botulínica a tratar el bruxismo?
Cuando la toxina botulínica A se inyecta en los músculos maseteros o temporales, que son los principales músculos que se contraen al masticar, la inyección de neurotoxina funciona para relajar tales músculos.
Esto ayuda a liberar la tensión para aliviar el dolor causado por el apretamiento crónico de la mandíbula. También puede ayudar a suavizar la línea cuadrada de la mandíbula que puede ocurrir debido a la hipertrofia (uso excesivo) de los músculos maseteros.
Los pacientes que reciben el tratamiento comenzarán a ver los efectos de la toxina botulínica entre uno y tres días después del procedimiento, que tendrá una duración aproximada de tres meses. El tratamiento se puede repetir una vez que los efectos desaparezcan para lograr una reducción duradera del dolor y del daño.
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